El apartamento estaba dividido en 2 habitaciones con un pasillo, y el entorno natural circundante no se lograba apreciar. A este pasillo cerrado que conducía desde la entrada al salón/balcón, se conectaban «cajas» cerradas como los dormitorios y los baños. Cuando se eliminaron todas las paredes divisorias y solo quedó la estructura, la luz y el viento lograron circular por toda la unidad. Tan pronto como entras por la puerta, puedes sentir el verdor de Uryuzan. ¿Es posible crear un espacio a pequeña escala en el que se pueda sentir esta luz y este viento confortables en toda la planta en lugar de dividirla en habitaciones?

Teniendo en cuenta la estructura inicial de la gran planta abierta, decidimos construir un «nido» poroso de 2,7 metros de ancho y 7,2 metros de profundidad en el centro de la casa. Se trata de un objeto tridimensional compuesto por perfiles de acero cuadrados de 25 mm, que conecta el rígido y fuerte esqueleto de hormigón armado del apartamento con el mobiliario que crea el escenario de la vivienda. En su interior hay un dormitorio, un espacio para el piano y un comedor.

Alrededor del «nido», el lugar para dejar los zapatos, el espacio para bañarse, el espacio para desvestirse, el inodoro, la cocina, el armario, etc. se disponen en una sola conexión, creando un paisaje vivo que se entrelaza como un nido de pájaro. El propietario es un músico que se siente agradecido de poder tocar su piano y que el tono se escuche por todo el apartamento. El exterior de la «caja» es completamente liso y refleja la luz que entra por los tres lados, creando matices de luminosidad debido a la presencia de objetos tridimensionales.

Se trata de una propuesta de método de renovación que crea un lugar mediante la construcción de un «nido» en lugar de crearlo mediante tabiques y superficie.