El eje de la propuesta para la nueva distribución se basa en ampliar al máximo la espacialidad y luminosidad de la vivienda. Para ello, se ha trabajado especialmente la ampliación de los límites visuales del espacio creando una doble fuga. Por una parte, se genera una doble altura en el salón y, por otra, se libera la vista hacia el patio dotando a la vivienda de amplitud espacial y desdibujando el límite entre el interior y el exterior. Esta línea se diluye gracias a la carpintería de cuatro hojas plegables que permite abrir completamente el espacio interior hacia el patio, convirtiendo la zona de comedor y cocina en un porche al aire libre.
El patio es el corazón de la casa, por donde la vivienda se expande y respira. El suelo, se reviste de la misma baldosa de barro usada en el interior de la vivienda y, con ella, también se construye una pieza de apoyo que sirve de zona de lavado y paellero. Las paredes blancas reflejan la luz aumentando la luminosidad del espacio interior de la casa.
La reforma integral de esta casa incluye también su rehabilitación energética, incorporando diferentes estrategias bioclimáticas y pasivas. Se ha incorporado aislamiento térmico lo más continuo posible tanto en la cubierta como en las fachadas, pero respetando los elementos existentes como la fachada de ladrillo caravista. La fachada del patio se ha resuelto con un sistema de aislamiento térmico por el exterior (SATE) y las nuevas ventanas son de altas prestaciones con carpintería de madera y vidrios bajo emisivos y de control solar en la fachada sur. Para evitar las humedades por capilaridad, muy comunes en este tipo de casas en planta baja, y aislar térmicamente el espacio interior, se ha elevado el suelo con un forjado sanitario. En verano, la ventana de la cubierta permite la ventilación cruzada de la vivienda disipando el calor que se acumula en la parte superior del espacio. En el patio, se instala un toldo retráctil para proteger del sol este espacio y el gran ventanal de hojas plegables.