El sector inmobiliario no ha escapado de la crisis del Covid-19. Con la economía paralizada y España en crisis, la compraventa de vivienda también se detuvo prácticamente en seco durante los meses de confinamiento. Ahora la tendencia invita a pensar ya en cierta estabilidad del mercado, con una novedad: siete de cada diez profesionales inmobiliarios prevén que los precios de la vivienda bajarán en los próximos meses.

Así se desprende del IV Barómetro Inmobiliario «El sentimiento de mercado de los profesionales inmobiliarios», realizado por UCI y SIRA, en el que también se pone de manifiesto que tres de cada diez profesionales considera que el descenso de precios será superior al 10%; es decir, una tendencia a la baja moderada, alta o muy alta.

En términos de número de compradores, el 25% considera que se han mantenido estables y un 14% que se han incrementado de forma moderada. En cuanto al número de vendedores, el panorama que indican los expertos apunta a la estabilidad, con un esperado aumento de cara a corto plazo.

Cierre de operaciones

La pandemia detuvo las operaciones, pero ahora el pensamiento del sector es bien distinto, pese a que España se ve ahora sumida en una profunda crisis. «Los profesionales inmobiliarios se muestran más optimistas con la «nueva realidad»: un 21% apunta ya a un crecimiento moderado en ofertas tramitadas y casi un 30% se reafirma en la estabilidad. Respecto al cierre de operaciones, cinco de cada diez profesionales creen que se ha mantenido estable o aumentado ligeramente en este último mes; constante que se mantendrá en los próximos 3 meses», reza el barómetro.

En suma, el pensamiento de los profesionales inmobiliarios pasa por el optimismo en relación a la evolución del mercado. Pero las cifras varían por regiones. Del uno al diez, el optimismo de la media nacional se sitúa en el 6,7. Por comunidades, en Canarias (7,6), Extremadura (7,4) y la Comunidad de Madrid (6,9%) se muestran más optimistas que la media. Y en el lado contrario, en Castilla y León (6,0), La Rioja (6,0) y Baleares (6,1) son las autonomías que peores expectativas tienen.